Amores infieles (Third Persona, Estados Unidos-Reino Unido-Bélgica-Alemania, 2013)/ Dirección y Guión: Paul Haggis.
Reparto: Liam Neeson, Mila Kunis, Adrien Brody, Olivia Wilde, James Franco, Moran Atias, Maria Bello, Kim Basinger, Riccardo Scamarcio, Caroline Goodall, David Harewood, Loan Chabanol. / Fotografía: Gianfilippo Corticelli. / Música: Dario Marianelli. Estreno viernes 29 de mayo de 2015.
por: Enrique López Arvizu
Un suplicio.
La experiencia de ver el más reciente filme del Paul Haggis, destacado y multipremiado guionista con una irregular carrera como director, se convierte en un verdadero suplicio difícil de sobrellevar.
A la manera de su sorpresivamente exitosa ópera prima, ‘Crash’, Haggis sigue apelado a las historias que inevitablemente habrán de cruzarse de alguna u otra manera, cargando a sus personajes de mil y una características negativas que van del odio, la culpa, la deshonestidad y un largo etcétera.
A pesar de contar con un elenco de primera línea (Neeson, Brody, Wilde, Franco, Bello, Kunis), lo apesadumbrado que deben estar todos los personajes de acuerdo al guión, obliga a estos actores a remar contracorriente, sin sobresalir ninguno en especial ante un relato denso y pretencioso pero completamente superficial.
Neeson interpreta a un escritor en crisis e infiel que vive un romance con apasionado con otra joven escritora (Wilde), Kunis es una madre que ha lucha por la posibilidad de ver a su hijo que vive con el padre (Franco), Brody hace de un irritante norteamericano especialista en estafas que intenta a ayudar a una gitana de la que se enamora, todos personajes plenos en desgracias y con permanente gesto adusto incluso cuando practican el sexo.
Las historias que se suceden paralelamente en Nueva York, Roma y Paris, se ven además sobrecargadas con la omnipresente e irritante música de Dario Marianelli, además de algunos caprichosos cortes de edición que pretender dotar al relato de cierto misterio que no termina nunca de enganchar.
Haggis, una vez más, consigue una película con intenciones trascendentales que se queda en la nada, solemne y aburrida en la que es todo un reto llegar al final.