El juicio de Viviane Amsalem, de Ronit Elkabetz y Shlomi Elkabetz

El juicio de Viviane Amsalem (Gett, the Trial of Viviane Amsalem, Israel-Francia-Alemania, 2014) / de Ronit Elkabetz y Shlomi Elkabetz.

Nuestra puntuación

Reparto: Ronit Elkabetz, Simon Abkarian, Menashe Noy, Gabi Amrani, Dalia Beger, Roberto Pollack, Shmil Ben Ari, Abraham Celektar, Rami Danon, Sasson Gabai, Eli Gornstein, Evelin Hagoel, Albert Iluz, Keren Mor, David Ohayon. / Guión: Ronit Elkabetz, Shlomi Elkabetz. / Fotografía: Jeanne Lapoirie. Estreno viernes 29 de mayo de 2015.

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por: Enrique López Arvizu

Una separación.

En su tercera película en conjunto, los hermanos Elkabetz siguen explorando el rol de la mujer tanto en la familia como en la sociedad israelí, todas esas películas son protagonizadas por Ronit quien da vida a la Viviane Amsalem del título.

Viviane, peluquera de profesión y con cuatro hijos, ha estado casada por más de 30 años con Elisah y lleva algunos años separada, pero lo que ella desea es divorciarse, solo que para conseguirlo su marido indefectiblemente tendrá que dar su consentimiento. Teniendo en cuenta que en Israel el matrimonio civil no existe, Viviane inicia un desgastante juicio para conseguir el divorcio, esto ante un jurado rabínico donde su condición de mujer parece ser el principal obstáculo.

Con una rigurosa pero potente puesta en escena, los hermanos Elkabetz consiguen transmitir la desesperación que impera en Viviane ante el paso del tiempo sin que nada parezca cambiar en dicho juicio.

Alejada del melodrama y sin recurrir a maniqueísmos, el adecuado uso del único espacio donde se sucede la acción, (el recinto donde se lleva a cabo el juicio, y si acaso los pasillos adyacentes a este como único escenario), la opresión y la desesperanza que vive el personaje principal está latente en gran parte debido a ese encierro tras unas paredes blancas sin decoración alguna.

No apta para espectadores ansiosos, los directores se toman su tiempo para narrar el largo periplo por el que deberá pasar Viviane, ante algunos testigos, los abogados y los jueces y su marido, con una interesante puesta de cámaras donde el punto de vista toma diferenciada importancia.

Una película que funciona para analizar ciertos anacronismos en otras culturas, que parecieran por momentos no estar tan lejanos si lo trasladamos a la vida cotidiana de este lado del orbe. Un film que apuesta a la forma en un ejercicio de estilo bien ejecutado, en una separación sin maltratos ni infidelidades que desborden el relato hacia el melodrama más básico, colocando al espectador de frente a cada personaje como si formara parte también del interminable juicio, en una incómoda, milimétrica pero muy efectiva puesta en escena.

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