Whiplash, de Damien Chazelle

Whiplash: Música y obsesión (Whiplahs, Estados Unidos, 2014) / Dirección y Guión: Damien Chazelle.

Nuestra puntuación

Reparto: Miles Teller, J.K. Simmons, Melissa Benoist, Paul Reiser, Austin Stowell, Jayson Blair, Kavita Patil, Kofi Siriboe, Jesse Mitchell, Michael D. Cohen, Tian Wang, Jocelyn Ayanna, Tarik Lowe, Marcus Henderson, Keenan Henson.  / Fotografía: Sharone Meir. / Música: Justin Hurwitz. Estrenada el jueves 12 de febrero de 2015.

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por: Enrique López Arvizu

Como un latigazo.

Basada en un cortometraje realizado un año antes, Whiplash consolidó a su director Damien Chazelle en apenas su segundo largometraje, ganando en Sundance, además de su paso por Cannes y sus múltiples nominaciones, incluyendo al Oscar.

La desmesurada obsesión por la perfección y lo cuestionable (o no) de ciertos métodos de enseñanza son las premisas sobre las que se sostiene ésta intensa película que ha resultado una verdadera sorpresa, y un verdadero tour de force donde sus actores dejan el cuerpo y la sangre, literalmente.

Whiplash narra el encuentro y posterior enfrentamiento entre un alumno y su profesor en la prestigiosa escuela de música Shaffer, el alumno es Andrew Neiman (un preciso Miles Teller), un chico baterista obsesionado con ser el mejor, al que el tiránico profesor Terence Fletcher (un desbordado y contundente J.K. Simmons) convoca para formar parte de la orquesta del conservatorio.

Miles llegará como el suplente pero ciertas circunstancias lo pondrán frente a frente con Fletcher, despiadado e inmisericorde que no tiene empacho en poner en situaciones límite a sus discípulos en pos de, según él, sacar entre ellos al próximo Charlie Parker, con exagerados métodos cuasi militares, que por momentos recuerda al film de Kubrick ‘Full Metal Jacket’.

Y son esas situaciones límites las que podrían generar controversia respecto a ‘Whiplash’, ya que a Chazelle parece no interesarle demasiado aprobar o desaprobar los métodos que utiliza el personaje de Fletcher, así como el discurso que deja acerca de la gente que se dedica a la música, ya que pareciera que para él un gran músico se hace a base de dolorosas sesiones de entrenamiento y ensayos para buscar el perfeccionamiento, dejando de lado la pasión y el gusto por la creación musical. Queda para el debate.

Así, Miles Teller no parece disfrutar el ser músico, el quiere ser el mejor, o por lo menos demostrárselo a Terence Fletcher, al grado de romper una relación con una chica que recién iniciaba, su relación con su padre no es la mejor y esa figura de a poco la ocupa el profesor, en un juego de tensiones varias donde los excesos de uno terminan reflejados en el otro.

Lejos de ser una película aspiracional, ‘Whiplash’ genera tanta adrenalina y tensión en escenas filmadas apenas en una sala de ensayo como si de una película llena de acción se tratara, como en esa batalla infernal por el puesto titular en la que Fletcher pone a los tres bateristas a competir hasta desangrarse.

Demoledora e intensa película que se disfruta, se vive y se sufre por igual, con una larga y emocionante escena final no exenta de polémica, donde la admiración y el odio se confunden en primeros planos como un duelo en el viejo oeste, con dos actores dándolo todo de si.  Cine puro que emociona y no deja indiferente a nadie.

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