Premonición (2:22, Estados Unidos-Australia, 2017) / Dirección: Paul Currie.
Reparto: Teresa Palmer, Michiel Huisman, Simone Kessell, Maeve Dermody, John Waters, Kerry Armstrong, Richard Davies, Zara Michales, Mitchell Butel, Jessica Clarke. / Guion: Nathan Parker, Todd Stein. / Fotografía: David Eggby. / Música: Lisa Gerrard, James Orr. Estreno viernes 14 de julio de 2017.
por: Enrique López Arvizu
Un tostón.
Una buena premisa no garantiza una buena película, sobre todo cuando ésta se ejecuta de manera tal que pareciera que lo más importante es dejar una impresión de lo genial que se puede ser detrás de la cámara.
La historia que se cuenta es la de Dylan (Michiel Huisman), un controlador aéreo que un día, tras un momento desconcertante, casi provoca la colisión de dos aviones, por lo que se hace acreedor una suspensión en su trabajo.
Ya en su obligatorio receso, Dylan se dará cuenta que ciertos patrones empiezan a repetirse en su día a día, llegando a su máxima conclusión a las 2:22 de la tarde, por lo que se obsesiona con llegar al fondo del asunto al tiempo que conoce a Sarah (Teresa Palmer), una chica con la que parece tener un vínculo de mucho tiempo atrás.
La película inicia con muchos planos de corta duración y un ágil montaje, muchos de estos planos parecen sacados de alguna publicidad, algunos con ciertos efectos más propios del videoclip, que conforme el personaje empiece a ver ciertos patrones, se irán repitiendo en el transcurso del metraje.
La película de Currie busca verse como compleja e inteligente, se enrosca en sus explicaciones de lo que sucede y del supuesto misterio que engloba la trama, pero todo es narrado con una pereza tal que no consigue nunca un momento de tensión y mucho menos algo de emoción.
Lo que en un principio parecía una idea fascinante termina en la más simple rutina, y como es fácil predecirlo, en una película aburrida.