La luz entre los océanos, de Derek Cianfrance

La luz entre los océanos (The Light Between Oceans, Estados Unidos-Reino Unido-Nueva Zelanda, 2016) / Guión y Dirección: Derek Cianfrance.

Nuestra puntuación

Reparto: Michael Fassbender, Alicia Vikander, Rachel Weisz, Anthony Hayes, Caren Pistorius, Leon Ford, Benedict Hardie, Florence Clery. / Guión: Derek Cianfrance (Novela: M.L. Stedman). / Fotografía: Adam Arkapaw. / Música: Alexandre Desplat. Estreno viernes 23 de septiembre de 2016.

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por: Enrique López Arvizu

Océanos de lágrimas.  

La nueva película de Derek Cianfrance (Blue Valentine) es una sentida historia romántica en su primera parte que se vuelve un recargado melodrama aleccionador que solo se sustenta en el excelente trabajo de sus intérpretes.

Tom (Michael Fassbender) llega a un pequeño pueblito australiano, en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, para hacerse cargo de un faro ubicado en una isla cercana, tras ser advertido de no quedarse por mucho tiempo o bien formar una familia, luego de que su antecesor perdió la razón en el lugar.

Tom enamora a Isabel (Alcia Vikander), quien tras casarse se va a vivir con él en un idílico inicio de matrimonio que se viene abajo tras dos embarazos perdidos por lo que entra en una terrible depresión, pero todo cambia el día que un bote llega solo con un hombre muerto y una bebé de meses a la que deciden adoptar haciéndola pasar por hija propia, pero a los pocos años aparecerá la verdadera madre (Rachel Weisz), y todo su mundo se verá amenazado.

‘La luz entre los océanos’ se toma su tiempo para narrar la sólida relación entre Tom e Isabel, en un largo pero bien planteado inicio que se ve tornando denso conforme la relación se va degradando y hasta el momento en que aparece la bebé, de ahí en más la película se cae y no remonta más.

Pero cuando los dilemas morales aparecen, la película se vuelca cuesta abajo, con insoportables momentos recargados de un drama forzado, y subrayado por la música, que no consigue emocionar y que apenas se sostiene por el buen trabajo de sus actores.

Al final, el tedio es lo que reina en una película que busca conmover por todos los medios sin conseguirlo, que se torna aleccionadora y que carga sobre si una pretenciosidad de cine de autor a la que la película no logra llegar.

 

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