El engaño del siglo (The Program, Reino Unido, 2016) / Dirección: Stephen Frears.
Reparto: Ben Foster, Chris O’Dowd, Jesse Plemons, Guillaume Canet, Lee Pace, Dustin Hoffman, Denis Ménochet, Elaine Cassidy, Laura Donnelly, Edward Hogg, Chris Larkin, Jorge Leon Martinez, Michael G. Wilson, Lucien Guignard. / Guión: John Hodge. Fotografía: Danny Cohen. / Música: Alex Heffes. Estreno viernes 05 de agosto de 2016.
por: Enrique López Arvizu
Mentiroso, mentiroso.
Era inevitable la adaptación al cine (en clave de ficción, ya que existe un documental) de una de las historias más fascinantes e interesantes en el mundo del deporte de los últimos años, la de la, en su momento, increíblemente exitosa carrera de Lance Armstrong, después de vencer un cáncer, y su posterior y estrepitosa caída al darse a conocer que ganó 7 Tours de Francia haciendo uso de sustancias prohibidas.
Basada en el libro del periodista David Walsh y dirigida por el inglés Stephen Frears (Alta fidelidad, La reina, Philomena) la película inicia mostrando a Lance Armstrong, interpretado por Ben Foster, en sus primeras participaciones en el tour francés, mostrándolo aspiracional pero ya con la inquietud de saber que se requiere para entrar a la elite de la vuelta ciclista más famosa del mundo.
En una línea temporal que va dando saltos hacia adelante deteniéndose en momentos claves, vemos como Armstrong enfrenta y vence el cáncer, y como después de ello consigue, mediante un sofisticado programa que incluía uso de drogas y transfusiones de su propia sangre, ganar durante 7 ediciones consecutivas el Tour de Francia con la ayuda y complicidad (obligada por el propio Lance) de todo su equipo, mientras el periodista Walsh (Chris O’Dowd) está detrás de él.
El retrato que Frears traza de Armostrong es quizá lo más cuestionable de ‘The Program’, que va de un deportista ambicioso pero algo cándido hasta convertirse en un ser poderoso, insaciable, arrogante e inescrupuloso, que más que un deportista parecería un capo mafioso que amenaza y palmea la espalda de sus contrincantes, y no es que Armstrong no haya sido así, solo que Frears lo muestra sin matices y de manera muy subrayada.
Pero también hay que decir que el inglés consigue con habilidad narrar en su filme de manera eficaz un periodo de alrededor de 15 años de la carrera del ciclista sin traspiés y sin hacer uso de recursos manidos como flashbacks, ni meterse en lo más privado de Armstrong, y consiguiendo de igual manera un relato atrapante, a pesar de que el final de la historia es por todos conocida.
Frears logra un filme apasionante, narrado con pulso aunque lejos de la perfección, sin ambigüedades y una música que condena a su execrable personaje, en un relato lleno de tensión y suspenso.