Viviendo con el enemigo, de James Kent

Viviendo con el enemigo (The Aftermath, Reino Unido-Alemania-Estados Unidos, 2019) / Dirección: James Kent.

Nuestra puntuación

Reparto: Keira Knightley, Jason Clarke, Alexander Skarsgård, Kate Phillips, Claudia Vaseková, Fionn O’Shea, Alexander Scheer, Tom Bell, Frederick Preston, Joseph Arkley, Jim High, Abigail Rice, Anna Katharina Schimrigk, Jannik Schümann, Flora Thiemann, Logan Hillier. / Guion: Joe Shrapnel, Anna Waterhouse (Novela: Rhidian Brook). / Fotografía: Franz Lustig. / Música: Martin Phipps. Estreno viernes 17 de mayo de 2019.

por: Enrique López Arvizu

Triángulo en la posguerra.

Partiendo de una novela de Rhidian Brook, la película que dirige James Kent plantea un drama romántico en un duro contexto que no termina de cuajar ni como película histórica ni en su planteamiento romántico.

Ambientada apenas 6 meses después del triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, en una devastada ciudad de Hamburgo a la que llega Rachael Morgan (Keira Knightley) para reunirse con su marido, Lewis (Jason Clarke), un coronel británico que encabeza los esfuerzos de reconstrucción de esa ciudad.

La pareja deberá alojarse en la casa que perteneció al viudo alemán Stephen Lubert (Alexander Skarsgård), que por decisión del propio Lewis seguirá viviendo en el piso de arriba junto a su hija adolescente, lo que dará lugar a eventos donde la pasión y la traición se apoderarán de la situación.

Como es lo esperado en toda película similar de época, la recreación del momento histórico cumple a cabalidad las exigencias del relato, lo mismo que las actuaciones, estando esa situación primaria cubierta queda lo más importante por cubrir, la historia, siendo aquí donde la película naufraga.

El drama romántico no logra trascender nunca, quedando al nivel de los expuestos en diferentes telenovelas donde los conflictos de peso quedan reducidos a meras banalidades, dando pie a un romance que se antoja poco probable ante lo complejo del contexto, que en la película termina por ser casi ignorado.

Así, la trama no ahonda del todo en personajes que deberían tener más peso, centrando el grueso del relato en la débil situación romántica que se ve rebasada ante la acumulación de lugares comunes que inundan un relato al que le faltó esa supuesta pasión que atañe a sus personajes.

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