Mis mejores días (Trois souvenirs de ma jeunesse, Francia, 2015) / Dirección: Arnaud Desplechin.
Reparto: Mathieu Amalric, Quentin Dolmaire, Lou Roy-Lecollinet, André Dussolier, Dinara Drukarova, Cécile Garcia-Fogel, Françoise Lebrun, Irina Vavilova, Olivier Rabourdin, Léonard Matton. / Guión: Arnaud Desplechin, Julie Peyr. / Fotografía: Irina Lubtchansky. Estreno viernes 02 de septiembre de 2016.
por: Enrique López Arvizu
Una vida para recordar.
El destacado director francés Arnaud Desplechin (Rois et reine, Un conte de Noël), vuelve su mirada Paul Dédalus, protagonista de uno de sus primeros films, ‘Comment je me suis disputé… (ma vie sexuelle)’ de 1996, para narrar tres momentos de su juventud en esta especie de precuela.
Paul Dédalus (Mathieu Amalric) es ya un hombre adulto que está de regreso en Francia tras haber trabajado algunos años en Tayikistán como antropólogo, al ingresar a migraciones lo detiene un oficial (André Dussolier) por un asunto relacionado con su pasaporte, por lo que en un interrogatorio debe contar algunos momentos de su historia personal.
A partir de ello contará tres momentos de su juventud, el primero relacionado con su infancia, el segundo directamente relacionado con el episodio de su pasaporte en una viaje realizado a la Unión Soviética, y el tercero, el que más tiempo tendrá en pantalla, su historia de amor con Esther (Lou Roy-Lecollinet), una relación desbordada que lo marcó de por vida.
Desplechin va narrando cada historia en un tono diferente, desde el cercano al cine de espías hasta el drama romántico de iniciación, con una fuerte influencia del cine de François Truffaut, sobre todo la saga que contaba la vida de Antoine Doinel, y que se vuelve la parte medular de este relato.
La muy particular puesta en escena de Desplechin mantiene al espectador en constante expectativa ante un relato que desvela situaciones un tanto inesperadas, narradas de una manera muy personal, que se mueve del thriller a una entrañable historia de amor, llevando a un relato que se movía en terrenos pantanosos y un tanto indescifrable hasta convertirse en quizá la película más accesible de su director.
Una película que habla de la nostalgia, de la memoria y de ese viaje sin retorno de la adolescencia a la edad adulta, contada de manera emotiva en un viaje especial por los recuerdos de un director los mismo extravagante como fascinante. Una película vital, poética y melancólica, un prodigio narrativo muy emotivo.