Mexican Gangster, de José Manuel Craviotto

Mexican Gangster (Mexican Gangster: La leyenda del charro misterioso, México, 2014) / Guión y Dirección: José Manuel Craviotto.

Nuestra puntuación

Reparto: Tenoch Huerta, Marco Pérez, Paola Núñez, Noé Hernández, Gerardo Taracena, Rocío Verdejo, Mauricio Isaac, Enrique Arreola, Marisol Centeno. / Fotografía: Tonatiuh Martínez. / Música: Andrés Sánchez. Estrenada el viernes 11 de diciembre de 2015.

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por: Enrique López Arvizu

Ladrón que roba a ladrón.

Basada en la historia real de un famoso asaltabancos mexicano que contó con las bondades de la protección policial a cargo del nefasto ‘Negro’ Durazo, llega por una película que sufrió diversos retrasos en su estreno y hasta 3 cambios de título.

Producida por Lemon Films, la nueva película de José Manuel Craviotto, codirector del notable documental de la banda mexicana Café Tacvba ‘Seguir Siendo’ (2010), narra la historia de Alfredo Ríos Granados (Ríos Galeana en la vida real) un escurridizo asaltabancos que generó una leyenda alrededor de sus actos delictivos, y que además era cantante de ranchero allá en los años 80.

Alfredo Ríos comenzó su carrera delictiva como un bandido callejero que se gradúa de delincuente notable con la experiencia adquirida en su paso como policía, transformándose con el tiempo en una celebridad desenfada con aires a la Robin Hood, inteligente, vivaz y con gran carisma y gracia, que se refleja en las presentaciones a la prensa.

El hilo narrativo lo lleva una entrevista que le realiza una periodista desde la cárcel, a la cual interpreta con acierto Rocío Verdejo, con vaivenes en el tiempo que van contando las andanzas del afamado delincuente y su grupo de secuaces, su relación con grupos de poder, su historia de amor con su esposa (Paola Nuñez), y la obsesiva persecución de un policía (Marco Pérez).

Pero lo que sobresale en ‘Mexican Gangster’ es el preciso trabajo de Tenoch Huerta como Ríos Granados, un actor que consigue dotar de esa desfachatez y vivacidad propia de un personaje seductor y contradictorio, lo mismo se puede decir del trabajo de Noé Hernández como su compinche y segundo de a bordo en su banda criminal.

La nueva película de Craviotto consigue ser un efectivo entretenimiento, de buena manufactura y que funciona a la vez como un reflexión, no muy profunda si se quiere pero reflexión al fin, de los malos manejos de nuestra policía y sus altos niveles de corrupción y lo muy absurdo que suele ser el nefasto trabajo de los que deberían impartir la justicia en nuestro país.

 

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