Kiki, el amor se hace (Kiki, el amor se hace, España, 2016) / Dirección: Paco León.
Reparto: Paco León, Ana Katz, Belén Cuesta, Natalia de Molina, Álex García, Candela Peña, Luis Callejo, Luis Bermejo, Mari Paz Sayago, Alexandra Jiménez, David Mora, Maite Sandoval, Blanca Apilánez, Rea Gutiérrez, Yaël Belicha, Fernando Soto, Josele Román, Sergio Torrico. / Guión: Paco León, Fernando Pérez (Historia original: Josh Lawson). / Fotografía: Kiko de la Rica. Estreno viernes 11 de noviembre de 2016.
por: Enrique López Arvizu
Las filias nuestras de cada día.
La tercera película de Paco León es un remake a una película australiana donde se exploran las filias sexuales de diferentes parejas, en una película de historias cruzadas con un humor muy español.
El relato va recorriendo la vida de cinco diferentes parejas donde uno de sus miembros va descubriendo alguna particular filia sexual, la cual tratan de integrar su vida sin que esto la altere.
Así, vemos a una mujer que siente placer al ser asaltada, a otra que se prende al ver a su marido romper en llanto, otra más que se excita con determinados tejidos, una que siente placer por las plantas y vegetales y un hombre que se excita al ver a su mujer dormir, todos ellos coinciden en el verano de Madrid.
La película de Paco León desborda de ingenio y frescura, con diálogos filosos y divertidos que parecen sacados de una película de Pedro Almodóvar, pero desde lo visual, a pesar de lo llamativo de su acabado, da la sensación de estar viendo todo el tiempo una impecable publicidad.
Con un notable reparto donde se destacan Candela Peña, Belén Cuesta y la siempre efectiva comicidad contenida de la argentina Ana Katz, la película se percibe prometedora en cuanto se van presentando cada uno de los casos de las parejas, pero, como suele suceder en las películas corales, no todas las historias tienen el mismo desarrollo, por lo que la mayoría se sienten que terminan de manera abrupta o que algo faltó por contar.
Aun así, la película se disfruta y se deja ver sin complicaciones, aunque queda a deber en la cuota erótica que promete que al final no es tanto.