Había una vez en… Hollywood, de Quentin Tarantino

Había una vez en… Hollywood (Once Upon a Time in… Hollywood, Estados Unidos-Reino Unido, 2019) / Guion y Dirección: Quentin Tarantino.

Nuestra puntuación

Reparto: Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Emile Hirsch, Margaret Qualley, Al Pacino, Kurt Russell, Bruce Dern, Timothy Olyphant, Dakota Fanning, Damian Lewis, Luke Perry, Lorenza Izzo, Michael Madsen, Zoe Bell, Clifton Collins Jr., Scoot McNairy, Damon Herriman, Nicholas Hammond, Keith Jefferson, Spencer Garrett, Mike Moh, Clu Gulager, Martin Kove, James Remar, Lena Dunham, Austin Butler. / Fotografía: Robert Richardson.  Estreno viernes 23 de agosto de 2019.

por: Enrique López Arvizu

El amor al cine.

La nueva película de Quentin Tarantino, ‘Había una vez en… Hollywood’ recurre a un recurso usado ya con anterioridad en su cine, como en ‘Bastardos sin gloria’ y ‘Django sin cadenas’, en el que un hecho histórico es reescrito en medio de un relato que posee algunas de las características habituales en su filmografía pero que es además, una demostración del amor que el director siente por Hollywood, por la ciudad de Los Angeles, por los westerns seriados de los 60, los spaghetti western, el cine de género, en fin, por el cine en general.

Tarantino propone una historia ambientada en 1969 que se va conformando de a poco, una que inicia mostrando a un actor, Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), quien ya ha visto pasar sus mejores años protagonizando westerns seriados y ahora solo es llamado para participaciones especiales haciendo de villano, y siempre junto a él, su doble de acción, asistente y amigo, Cliff Booth (Brad Pitt).

Dalton es tentado por el experimentado agente Marvin Schwarz (Al Pacino), para viajar a Europa a trabajar en spaghetti westerns, algo que no convence del todo a Dalton quien los mira con cierto desprecio, mientras el añora poder trabajar con el director europeo de moda en Hollywood, Roman Polanski (Rafal Zawierucha), quien es además su vecino en Cielo Drive, donde el director vive junto a su joven y bella esposa, la actriz Sharon Tate (Margot Robbie).

A través de diferentes y largas escenas en las que muestra ya sea el trabajo de Dalton en westerns, los trayectos por los calles de Los Angeles con largas conversaciones entre Booth y Dalton o a alguno de ellos mientras se trasladan por la ciudad, o a Tate disfrutando su vida social o mirando su propio trabajo en algún cine, Tarantino va tejiendo con calma una trama en la que parece que no sucede nada, como si de pequeños cuentos se tratara (de ahí el título original de ‘Once Upon a Time in… Hollywood) en los que siempre filtra innumerables referencias a los directores que le apasionan, algunos de manera muy evidente, como Sergio Leone o Corbucci, y la mayoría apenas distinguibles para cinéfilos recalcitrantes, incluyendo además citas y guiños a series de TV, canciones y otros elementos de la época, permitiéndose además la aparición fugaz de una gran cantidad de caras muy conocidas, e insertando en la trama a personajes históricos del cine como Bruce Lee o Steve McQueen, todo un desbordante y fascinante juego de cinefilia.

La película celebra y remarca el fin de una época, el del sistema de estudios en Hollywood, que dio paso a un cine de directores con tintes más personales, y que les permitió explorar como nunca antes la violencia, la sensualidad, lo sangriento y otros excesos y caminos, mirando como nunca antes al cine europeo, pero también narra el final de una etapa cándida e ingenua impuesta por el movimiento hippie, cerrada de manera violenta y sangrienta en las calles de Los Angeles, y en medio de todo ese recorrido, Margot Robbie aparece para llenar de luz la pantalla, ya sea bailando o simplemente caminando por calles reconstruidas a detalle, mientras en paralelo vemos al Dalton de DiCaprio reencontrándose como actor haciendo de villano de televisión o al personaje de Brad Pitt internándose en los terrenos donde habita el clan de Charles Manson, para que en algún momento todo se conecte y cobre sentido lo que hemos visto durante más de dos horas.

Tarantino apuesta alto y otra vez sale ganando, su cine no es dirigido a las grandes masas, ya que es difícil acceder a el sin conocer todo el contexto que el director plantea en sus películas y hacerlo con tal desconocimiento es quedarse afuera de muchas cosas, un tanto caprichoso si se quiere, pero Tarantino lo hace desde y por amor al cine, lo que da como resultados películas que quizá no se acercan a la perfección de otros autores, pero que consiguen trascender por enaltecer la grandeza del cine a lo largo de la historia.

 

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