El apostador, de Rupert Waytt

El apostador (The Gambler, Estados Unidos, 2014) Dirección: Rupert Wyatt.

Nuestra puntuación

Reparto: Mark Wahlberg, Brie Larson, Jessica Lange, John Goodman, Michael K. Williams, Sonya Walger, Emory Cohen, Leland Orser, George Kennedy, Richard Schiff. / Guión: William Monahan. / Fotografía: Greig Fraser. / Música: Jon Brion, Theo Green. Estrenada el jueves 08 de enero de 2015.

THE GAMBLER

por: Enrique López Arvizu

Reciclaje sin gracia.

Ruppert Wyatt sorprendió al entregar una vital película en el relanzamiento de la saga de El planeta de los simios con ‘Rise of the Planet of the Apes’, filme con James Franco que colocó en el gusto de la gente a una saga más bien mediocre.

Ahora presenta su más nuevo trabajo, un remake a un filme de los años 70 y con guión de William Monahan, el mismo de The Departed, retomando un filme de 1974 protagonizado por James Caan, que sin embargo carece de emociones e interés.

La historia es la de Jim Bennet, interpretado por un esforzado y escuálido Mark Wahlberg, un profesor de literatura un tanto frustrado que pasa la vida jugando y apostando en juegos como el blackjack y la ruleta, con tan mal tino que presenta una enorme deuda con la mafia que le pone un límite de 7 días para liquidarla.

Ante esto, el profesor deberá acudir con su adinerada madre (Jessica Lange), que le dará una importante cantidad de dinero, pero en vez de pagar, el profe la jugará perdiendo todo, luego irá con un financista mafioso (John Goodman, lo más rescatable de la película), el único que parece entender a Bennet.

Así transcurre la película, cuyo principal problema es la indefinición de su personaje principal, un profesor desencantado de las letras que da sermones lapidarios a sus estudiantes, excepto a una chica con quien tiene algún tipo de romance, y con quien es imposible sentir empatía y entender las motivaciones que lo empujan a su infierno personal.

Película por demás discursiva, plana y carente de emoción alguna que, por el contrario, el espectador padece constantemente las acciones de su personaje principal y desea que algo determinante le ocurra de una vez por todas.

A pesar de contar algunos aciertos, el relato se torna cansino y por momentos aburrido, rozando el patetismo ante la repetición de situaciones desgracias por la que pasa el personaje de Wahlberg, que debe enfrentarse a un guión demasiado calculado y rígido, con una premisa de inicio interesante pero que termina yendo a ningún lugar.

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