Cómo ser un latin lover (How to Be a Latin Lover, Estados Unidos, 2017) / Dirección: Ken Marino.
Reparto: Eugenio Derbez, Salma Hayek, Rob Lowe, Kristen Bell, Raphael Alejandro, Raquel Welch, Michael Cera, Rob Corddry, Mckenna Grace, Rob Riggle, Rob Huebel, Omar Chaparro, Vadhir Derbez, Linda Lavin, Renée Taylor, Michaela Watkins, Shaula Vega, Eddie J. Fernandez, Manelly Zepeda, Noel Carabaza, Jeffrey Scott Basham. / Guión: Chris Spain, Jon Zack. / Fotografía: John Bailey. / Música: Craig Wedren. Estreno viernes 05 de mayo de 2017.
por: Enrique López Arvizu
No se aceptan devoluciones.
Tras su exitosa aparición en la taquilla norteamericana con su ópera prima ‘No se aceptan devoluciones’, Eugenio Derbez repite la fórmula ahora en su primer protagónico en inglés, en una producción estadounidense en la que decidió no escribir el guion ni dirigir el filme.
El resultado es una comedia con muy pocos momentos de genuino humor y a la que le cuesta definirse, pues, aunque se vende como una comedia familiar, cuenta con innumerables situaciones que rozan lo picante, sin atreverse del todo a un humor un poco más subido de tono.
Derbez interpreta a Máximo, un gigoló mexicano que vive por 25 años con una mujer de edad muy avanzada en su mansión y con una vida llena de lujos y comodidades, hasta que todo ese mundo se derrumba al darse cuenta que la mujer lo ha cambiado por un vendedor de autos algunos años más joven.
Sin dinero decide buscar a su hermana Sara (Salma Hayek) quien vive con su pequeño hijo de 10 años a quien Máximo ni siquiera conoce, por lo que la convivencia se torna complicada en un inicio, hasta que Máximo descubre las bondades del apoyo familiar, pero todo se complica cuando conoce a una mujer viuda quien se convertirá en su obsesión, por lo que buscará conquistarla mientras enseña a su sobrino a conquistar a una compañera del colegio.
La película es una seguidilla de chistes, la mayoría poco agraciados, en una historia que busca dejar un mensaje edificante pero que se anula a sí mismo en un final que, además de predecible, decide olvidarse de todo lo que el personaje principal va construyendo para concluir con una salida fácil.
Derbez aparece en su personaje de siempre, Hayek, que si bien no es una gran actriz, hace lo que puede con su personaje lleno de estereotipos, no logra generar una gran química con Derbez, que por el contrario, si la consigue con el pequeño Raphael Alejandro y con Kristen Bell, pero esto se reduce a un par de secuencias, en una película atiborrada de subtramas que nada aportan, una duración excesiva para una comedia (casi 2 horas) dirigida a un público complaciente y nada exigente.