Una pareja + tonta (Dumb and Dumber To, Estados Unidos, 2014). Dirección: Peter Farrelly y Bobby Farrelly.
Reparto: Jim Carrey, Jeff Daniels, Kathleen Turner, Laurie Holden, Rob Riggle, Rachel Melvin, Cam Neely, Paul Blackthorne, Lauren Henneberg, Bill Murray. / Fotografía: Matthew F. Leonetti. / Música: Empire of the Sun. Estrenada el jueves 13 de noviembre de 2014.
por: Enrique López Arvizu
Los años pasan, el humor sigue.
Y 20 años después regresaron Harry y Loyd.
Los hermanos Farrely, luego de haber irrumpido en el año 1994 con la primera entrega de la pareja de idiotas, que ayudó a consolidar la carrera de Jim Carrey, y con una buena cantidad de comedias que han creado ya todo un estilo, con la incorrección como bandera.
En esta tardía secuela han pasado efectivamente 20 años, Lloyd está internado desde entonces en un psiquiátrico a consecuencia de no poder superar el hecho de que el amor de su vida se casó con otro, Harry ha estado visitándolo cada semana sin falta, y justo cuando está por decirle que no lo hará más, Lloyd le revela que todo ese tiempo estuvo fingiendo como parte de una broma, como siempre los rencores entre ellos no existen, solo la risa a causa de tremenda broma, pero Harry ya encontrará la forma de tomar venganza.
A partir de acá los dos amigos habrán de recorrer caminos muy parecidos a los que recorrieron algunos años atrás, y se irán revelando nuevas historias que deberán enfrentar, como el hecho que Harry ha sido padre y además necesita un trasplante de riñón, los dos amigos saldrán a la ruta en busca de esa hija que parece ser el donante idóneo del riñon.
El viaje será el pretexto perfecto para la aventura que habrán de vivir los dos peculiares amigos en formato de una road movie en forma, en la que los acertados gags y la comedia absurda toman protagonismo, en medio de chistes si, misóginos, patéticos aunque un poco menos crueles que en la primera parte, y con muchas situaciones muy parecidas a aquella película, que da la sensación de estar viendo una especie de remake.
Así la historia, que realmente es lo menos importante, avanza entre la participación tremendamente divertida de una Kathleen Turner que sabe reírse bien de ella misma, así como un cameo casi imperceptible de Bill Murray.
Un humor no para todos los gustos en una secuela efectiva y que no defrauda, y que garantiza algunas varias carcajadas y momentos por demás hilarantes.