Poltergeist: Juegos diabólicos (Poltergeist, Estados Unidos, 2015) / Dirección: Gil Kenan.
Reparto: Kennedi Clements, Sam Rockwell, Rosemarie DeWitt, Kyle Catlett, Jared Harris, Nicholas Braun, Jane Adams, Saxon Sharbino, Susan Heyward, Soma Bhatia, Karen Ivany, L.A. Lopes. / Guión: David Lindsay-Abaire, / Fotografía: Javier Aguirresarobe. / Música: Marc Streitenfeld. Estreno viernes 26 de junio de 2015.
por: Enrique López Arvizu
Terror en los tiempos de tablets, smarthphones y drones.
Retomar una película de culto para hacer un remake es una apuesta con todas las de perder, en el caso del clásico dirigido por Tobe Hooper y producido por Steven Spielberg, imperecedero hasta la fecha, actualizarlo para este nuevo milenio confirma tal sentencia.
Con Gil Kenan al frente, el mismo de la animación de terror ‘Monster House’, optan por realizar algunos ligeros cambios con respecto a la original, la mayoría de ellos un tanto insustanciales para los efectos de la historia.
La anécdota es prácticamente la misma, sólo que en esta nueva versión la familia se enfrenta a serios problemas económicos y se mudan a un nuevo vecindario, donde algunas entidades primero juguetonas y después malignas, intentarán apoderarse de la hija más pequeña de la familia para que ésta les sirva de guía en su intento por encontrar «el camino hacia la luz».
Han cambiado los apellidos y algunos nombres, como el de Carol Anne que ahora es Maddy, ahora no hay perro y se hace uso, como era de esperarse, de todo aparato moderno por medio de los cuales las entidades habrán de manifestarse.
Algunas modificaciones suman poco, y muchas de esas decisiones consisten en solo modificar el momento de la historia en que determinado suceso acontece, y siempre con nulos resultados, como ejemplo, ahora se enteran muy temprano en el metraje y en una reunión social, que su casa está construida sobre un viejo cementerio.
El primer acto funciona bastante bien, consigue rápidamente atrapar al espectador y los sustos no tardan en llegar, pero conforme avanza la historia y esas pequeñas modificaciones aparecen, el efecto se diluye, en gran parte por el empeño de distanciarse de la original con subtramas que no funcionan, como el problema económico de la familia.
Al llegar el momento crucial de la historia, donde aparecen los personajes que habrán de ayudarlos a traer a la pequeña de regreso, el impacto inicial ha pasado y todo sucede sin sorpresa alguna, los personajes que se han modificado no alcanzan el nivel de la original y se llega al momento cumbre de la manera más anti climática posible, donde, y debido a los cambios, no hay mucho mas para ofrecer, ejemplo de esto la escena del niño con el payasito que ahora ha sido colocada muy al inicio de la historia.
Las comparaciones son odiosas pero inevitables, y esta nueva versión se queda corta ante la original, aunque si consigue un inicio prometedor y un par de escenas intensas, pero hacia el final se desinfla y acá no hay una Tangina que logre rescatarle.