Cuatro lunas, de Sergio Tovar Velarde

Cuatro lunas (México, 2014) Dirección y Guión: Sergio Tovar Velarde.

Nuestra puntuación

Reparto: Antonio Velázquez, Alejandro de la Madrid, César Ramos, Gustavo Egelhaaf, Alonso Echánove, Alejandro Belmonte, Juan Manuel Bernal, Karina Gidi, Sebastián Rivera, Gabriel Santoyo, Mónica Dionne, Alejandra Ley, Marisol Centeno. Fotografía: Yannick Nolin. / Música: Enrique Espinosa. 10 Festival Internacional de Cine Monterrey 2014. Competencia Mexicana.

bbb

por: Enrique López Arvizu

Sexo, pudor y lágrimas.

Cuatro lunas es una película que muestra personajes que viven y sufren su homosexualidad en diferentes etapas de la vida.

Una pareja de novios, bellos, modernos y sofisticados, sufren por la infidelidad de uno de ellos y la inmolación del otro. Un hombre maduro, casado y con una familia numerosa,  se enamora de un trabajador sexual en un sauna, buscando el placer que la vida le niega sólo por hacerse cada día más viejo. Un niño se enamora de un primo y será víctima de abuso en la escuela por parte de éste, buscando la comprensión y apoyo de sus padres. Un chico se reencuentra con un amigo de la niñez, junto descubrirán el amor que siente el uno por el otro, pero el miedo a enfrentarse a la sociedad y familia hará que la relación tropiece.

Cuatro relatos montados en paralelo que conforman una película irregular en su resultado final, quedando la sensación de que cada segmento hubiese tenido un director diferente. Mientras una historia se torna noble y con aparentes buenas intenciones, de pronto aparece otra con un rebalse de clichés y lugares comunes que dan al traste con lo visto con anterioridad.

Además de la poca paridad narrativa entre historias, la dirección de actores tampoco logra la cohesión necesaria ya que mientras figuras del calibre de Karina Gidi, Alonso Echánove o Mónica Dione logran interpretaciones contenidas y naturales, el director no consigue que otros actores empaten el tono, con sobreactuaciones desbordadas como en el segmento de la pareja que se ve amenazada por una infidelidad.

Con una notable mejoría respecto a su insufrible y objetable anterior película en solitario (Mis últimos días/Aurora boreal), Tovar Velarde se la juega a mostrar las relaciones homosexuales sin tapujos ni pudor, (más o menos), sin embargo entroniza el sufrimiento de vivir y asumir la condición sexual de sus personajes como única forma de vida posible.

Con personajes acartonados y una narrativa sumamente convencional, a contrapelo de los temas punzantes a los que se acerca, sólo dos de las cuatro historias tienen un cierre interesante, (la del niño y la del viejo poeta), de ahí en más, un par de relatos agiornados para complacer a la platea.

 

Deja una respuesta