Youth (Youth – La giovinezza, Italia-Suiza-Francia-Reino Unido, 2015) / Guión y Dirección: Paolo Sorrentino.
Reparto: Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano, Jane Fonda, Tom Lipinski, Poppy Corby-Tuech, Madalina Diana Ghenea, Emilia Jones, Mark Kozelek, Rebecca Calder, Anabel Kutay, Ian Keir Attard, Roly Serrano. / Fotografía: Luca Bigazzi. / Música: David Lang. Estreno viernes 29 de abril de 2016.
por: Enrique López Arvizu
Reflexiones en un spa suizo.
Después de la muy laureada ‘La grande belleza’, Paolo Sorrentino ubica su nueva película en un exclusivo spa en Berna, Suiza, a donde se alojan grandes personalidades con cierta decadencia, en plan de descanso, vacaciones o a manera de retiro espiritual.
Entre los huéspedes están Fred Ballinger (Michael Caine), un director de orquesta retirado a quien lo acompaña su hija (Raquel Weisz), quien vive ciertos problemas maritales, y un director de cine, Mick (Harvey Keitel), quien está con un grupo de jóvenes guionistas preparando lo que será su testamento fílmico.
Algunos otros personajes visitan el lugar, como un actor de Hollywood cuya fama se la debe a haber interpretado a un robot en una superproducción (Paul Dano), un hombre muy excedido de peso al que todos admiran y respetan, que no es otro que Diego Armando Maradona en su etapa de mayor gordura, interpretado por el actor argentino Roly Serrano, una Miss Universo que no parece tan tonta como se las cree, y algunos otros personajes peculiares.
Un tanto menos ampulosa que ‘La grande belleza’ pero igual de pretenciosa, ‘Youth’ muestra a los personajes de Caine y Kietel en entretenidas charlas que son sin duda lo mejor de la película gracias al gran trabajo y presencia de los tremendos actores, charlas que después se tornan en filosóficas reflexiones en cuanto al paso del tiempo, la familia, la fama, la creación y otros temas que son abordados de manera poco sutil.
Al igual que sus películas anteriores, hay momentos musicales varios, personajes excéntricos, planos sobrecargados y muy estilizados y gente muy guapa con poca o casi nada de ropa, así como esa mirada sentenciosa para con la sociedad que habitan sus películas, solo que en esta ocasión todo en un tono más leve y accesible y con cierta emoción genuina.
Sin sutilezas y con mucha parafernalia para no variar, la nueva película de Sorrentino ofrece lo mismo muchos intentos de reflexión poética que abundantes dosis de saturado preciosismo nulifican.