Joy: El nombre del éxito (Joy, Estados Unidos, 2015) / Dirección: David O. Russell.
Reparto: Jennifer Lawrence, Robert De Niro, Bradley Cooper, Isabella Rossellini, Diane Ladd, Édgar Ramírez, Virginia Madsen, Elisabeth Röhm, Dascha Polanco, Jimmy Jean-Louis, Madison Wolfe, Erica McDermott, Isabella Crovetti-Cramp, Arthur Hiou, Damien Di Paola. / Guión: David O. Russell, Annie Mumolo. / Fotografía: Linus Sandgren. / Música: David Campbell, West Dylan Thordson. Estreno viernes 08 de enero de 2016.
por: Enrique López Arvizu
Ama de casa desesperada.
En su tercera colaboración conjunta, Jennifer Lawrence, la nueva gran estrella del Hollywood actual y sin duda una de las mejores actrices de su generación y David O. Russell, director favorito de la Academia en los últimos años, presentan la historia de una mujer que con persistencia logró alcanzar su sueño americano.
Lawrence interpreta con solvencia a Joy Mangano, una madre de dos hijos, separada aunque siguió compartiendo casa con su ex marido, y con una familia tumultuosa y opresiva, que desde niña demostró tener una gran imaginación hasta que al quedar sin trabajo, consiguió desarrollar algunos inventos que la convirtieron en la reina de las ventas por televisión.
No serán pocos los obstáculos que Joy deberá sortear para alcanzar su sueño, siendo el más importante y complicado el sobrellevar a su peculiar familia, encabezada por un padre castrante interpretado por Robert de Niro, la nueva novia del padre (Isabella Rossellini), la madre adicta a las telenovelas (Virginia Madsen), el ex marido (Edgar Ramírez) y la abuela (Diane Ladd), la única persona que confía en el talento de Joy.
Russell nunca consigue ubicar el tono adecuado para su película, la cual va desde el melodrama telenovelesco, con escenas de telenovelas falsas filmadas para la película, hasta cierto costumbrismo pasando de la farsa a la comedia y de ahí al drama, con personajes excéntricos que cuesta dimensionarlos en el contexto del universo de la protagonista, que se mueve entre lo real y lo artificioso.
Pero por encima de todas las fallas narrativas y de una historia que inicia con vigor pero que a medio camino se estanca en las idas y vueltas caprichosas impuestas desde el guión, se destaca una enorme Jennifer Lawrence que soporta tras de sí una irregular película que se pretende revolucionaria pero que termina de una manera más bien convencional.
Así, la nueva colaboración de O. Russell con Lawrence parece haber gastado ya el cartucho, donde también repiten un deslucido Bradley Cooper y un sobrecargado Robert De Niro, en un filme por momentos atrapante y entretenido y por momentos bastante fallido.