Historia de fantasmas (A Ghost Story, Estados Unidos, 2017) / Guion y Dirección: David Lowery.
Reparto: Rooney Mara, Casey Affleck, Rob Zabrecky, Will Oldham, Liz Franke, Sonia Acevedo. / Fotografía: Andrew Droz Palermo. / Música: Daniel Hart. Estreno jueves 28 de diciembre de 2017.
por: Enrique López Arvizu
Un alma en pena.
El director de la entrañable ‘Mi amigo el dragón’ se mueve a un registro bastante alejado en su siguiente película, donde la puesta en escena remarca una historia de pérdida y dolor, narrada con enormes ambiciones.
Casey Affleck interpreta a un músico que vive junto a su pareja, a la que interpreta Rooney Mara, ambos habitan una casa grande de una planta, ella quisiera vivir en otro lugar mientras que él está muy arraigado a esa casa, por lo que las discusiones parecen ser cada vez más frecuentes.
Tras un accidente de tránsito el fallece, ella deberá reconocer su cuerpo, después el volverá como fantasma cubriendo su cuerpo con una enorme sábana y volverá a casa para ser testigo del dolor por el que ella pasa hasta que decida mudarse.
Filmada en el formato de 4:3, pantalla cuadrada y con los bordes redondeados, el relato que narra David Lowery transita diversos temas que van desde la pérdida y su consiguiente dolor y duelo, pasando por el paso del tiempo y el arraigo a los lugares, temas en los que se encuentra sumergido el personaje de Affleck aun después de muerto, hasta llegar a otros con altas pretensiones como la búsqueda de la trascendencia.
El relato se destaca por su minimalismo narrativo en la mayor parte del metraje, donde el silencio se convierte en protagonista absoluto de diferentes secuencias filmadas en planos en su mayor parte fijos, que permiten que las acciones sucedan en tiempo real y posibilitando un mayor despliegue de recursos de parte de sus intérpretes, con el apoyo de un trabajo sugerente de fotografía y musical.
Pero el silencio es trastocado en dos momentos diferentes que restan mérito a las muchas virtudes del filme, una conversación en subtítulos con otra presencia fantasmal y una sobre explicación acerca de la trascendencia y otros temas importantes a cargo de un personaje interpretado por Will Oldham (Old Joy), rompen la mágica atmósfera de un relato que no lo necesitaba, pero que en su mayor parte consigue ser una experiencia lo mismo conmovedora, arriesgada y memorable.