El Rey Arturo: La leyenda de la espada, de Guy Ritchie

El Rey Arturo: La leyenda de la espada (King Arthur: Legend of the Sword, Estados Unidos, 2017) / Dirección: Guy Ritchie.

Nuestra puntuación

Reparto: Charlie Hunnam, Jude Law, Eric Bana, Hermione Corfield, Astrid Bergès-Frisbey, Djimon Hounsou, Geoff Bell, Aidan Gillen, Michael McElhatton, Annabelle Wallis, Mikael Persbrandt, Kingsley Ben-Adir, Freddie Fox, Craig McGinlay, Tom Wu, Neil Maskell, Bleu Landau, Rob Knighton. / Guión: Joby Harold, Guy Ritchie, Lionel Wigram (Historia: David Dobkin, Joby Harold). / Fotografía: John Mathieson. / Música: Daniel Pemberton. Estreno viernes 12 de mayo de 2017.

2

por: Enrique López Arvizu

Pirotecnia insustancial.

Con la intención de iniciar una nueva saga de películas alrededor de la figura e historia legendaria del Rey Arturo, la Warner ha fichado al realizador inglés Guy Ritchie, tal como hicieron con las recientes películas de ‘Sherlock Holmes’, y el resultado es el esperado: una película con un ritmo vertiginoso donde lo visual se impone a la falta de rigor de un guion inconsistente.

La historia que se narra es la conocida, con innumerables licencias, del Rey Arturo, pasando por su niñez, su crecimiento en un burdel de un barrio bajo, hasta llegar a tomar la espada de su padre y hacerle frente a su malévolo tío.

El elegido para interpretar a Arturo es el inglés Charlie Hunnam, visto en ‘La cumbre escarlata’ y ‘Titanes del Pacífico’ de Guillermo del Toro y en la serie ‘Son of Anarchy’, quien trata de darle un tono un tanto cínico a su personaje durante la primera parte del metraje, quedando a deber en cuanto al carisma necesario para el personaje.

La película cuenta con el estilo visual videoclipero habitual de Ritchie, planos de muy corta duración, una edición de ritmo vertiginoso y una estilización en cada uno de sus planos sumado a que esta historia cuenta con una gran cantidad de efectos visuales que suman una tal pirotecnia que no consigue equilibrar lo visual con lo que se narra.

La historia, que es ya por muchos conocida, (y si no es el caso es fácil adivinar donde terminará todo), presenta diferentes huecos e inconsistencias que son dejadas de lado pues los realizadores tienen claro donde debe culminar la historia y no hay mucha preocupación en el cómo se llega hasta allí, con personajes con poco relieve y un villano de cartón interpretado por Jude Law.

Pero a Ritchie lo que le interesa es el gran espectáculo, el gran aparato visual que deslumbre y que termine por opacar los interminables huecos de una película que no llega a ser más que un entretenimiento efímero.

 

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