Ahí va el diablo, de Adrián García Bogliano

Ahí va el diablo (México, 2012) Director y Guión: Adrián García  Bogliano / Reparto: Francisco Barreiro, Laura Caro, Michele Garcia, Alan Martinez. / Fotografía: Ernesto Herrera. / Música: Julio Pillado. Se presenta en la Cineteca Nuevo León del 24 al 29 de junio.

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por: Enrique López Arvizu

Una familia normal.

El argentino nacido en España, Adrián García Bogliano, es ya todo un veterano dentro del género del terror, pues ya ronda la decena de largometrajes filmados, y algunos otros cortos, en apenas unos 10 años, películas filmadas en diversos países.

Ahora presenta Ahí va el diablo, película filmada en México y que cuenta la historia de una familia que sale a pasear a las afueras de la ciudad, (en Tijuana), donde desaparecen los dos hijos por algunas horas en unas cuevas, la tranquilidad de la familia se desmorona, al día siguiente los encuentran, los chicos se comportan de forma extraña y nada parece volver a ser como antes.

Con una economía de recursos importante, y apenas unos cuantos actores a cuadro, García Bogliano demuestra que esto no es un impedimento para lograr una historia bien narrada, coherente e inquietante.

Abrazando el género desde su forma más clásica, García Bogliano consigue una atmósfera efectiva haciendo uso de diálogos precisos, silencios en momentos adecuados que contrastan con la histeria generada en la pareja de padres cuando se les viene el mundo encima con la desaparición de los hijos, que sirve como catalizador de todo lo que estaba fracturado en la familia.

Las mujeres son parte medular tanto en la mayoría de su filmografía y en este caso no es la excepción, todo el peso dramático y de sorpresa recae en el personaje de la madre, quien al percatarse que sus hijos no son lo mismo a lo que ella trajo al mundo, deberá buscar la forma de enfrentarse a eso que se ha apoderado de ellos.

Tan sutil y contundente en su realización, García Bogliano rechaza y huye del terror efectista tan en boga en los últimos años, no hace uso de tramposos golpes de efectos sino apuesta a crear climas que oprimen e incomodan al espectador. Una buena apuesta latinoamericana a un género muy nuestro, del que su director es uno de los mejores representantes.

[Calificación: 7/10]

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