Juegos demoníacos (Ghoul, República Checa-Ucrania; 2015) / Dirección: Petr Jákl.
Reparto: Jennifer Armour, Alina Golovlyova, Jeremy Isabella, Paul S. Tracey. / Guión: Petr Bok, Petr Jákl. / Fotografía: Jan Suster. Estreno viernes 22 de enero de 2016.
por: Enrique López Arvizu
Invocando espíritus socialistas.
Una película más de metraje encontrado, esta vez con una premisa interesante y poco socorrida por el cine, conocer de viva voz de alguno sobrevivientes de los casos de canibalismo en Ucrania en los años 30 a consecuencia de la hambruna decidida por Stalin, y la aparición de unos de los más temibles asesinos en serie de aquellas tierras, Andrei Chikatilo.
La película inicia como tantas, y es en su inicio donde se encuentran las cosas más interesantes, un grupo de tres documentalistas estadounidenses buscan entrevistarse con un hombre del que se dice se comió a varias personas y quien vive en una alejada aldea.
El registro de falso documental se sustenta en esta parte del metraje con las entrevistas a otros aldeanos que fortalecen la historia del supuesto y temible caníbal y el primer contacto con él es algo inquietante, debiendo después viajar a una solitaria cabaña donde se realizará la entrevista, y van acompañados de una traductora, un hombre que sirve como guía y una intrigante psíquica.
En la espera deciden invocar un espíritu que rápidamente se hace presente y que resulta ser nada menos que el del mítico asesino serial Andrei Chikatilo, lo que hace prometer que el combo asesino memorable + canibalismo + la atmósfera del sitio alejado donde se encuentran puede dar como resultado una interesante película de terror, cosa que se cumple a medias.
Lo que sigue echa por la borda las buenas intenciones y las buenas ideas puestas sobre la mesa ya que el filme termina por abrazar todos los lugares comunes de las películas de terror de estilos similares y no hace nada por diferenciarse, con apenas algún par de sustos y desaprovechando la poderosa premisa y la locación que, aunque si bien consigue crear cierta tensión, ésta se diluye lo mismo que las pretendidas analogías respecto a los fantasmas del socialismo que igual se quedan a medio camino.
Deudora casi en su totalidad de ‘The Blair Witch Project’, ‘Ghoul’ no termina por aprovechar sus fortalezas y termina por ser una película de terror más.