En el nombre de mi hija (Au nom de ma fille, Francia-Alemania, 2016) /Dirección: Vincent Garenq.
Reparto: Daniel Auteuil, Sebastian Koch, Marie-Josée Croze, Audrey Quoturi, Johannes Oliver Hamm, Christelle Cornil, Lila-Rose Gilberti, Emma Besson, Christian Kmiotek, Serge Feuillard, Fred Personne, Thérèse Roussel, Tom Hudson, Antoine Milhaud, Timéo Bolland, Samira Hchaika, Natalie Beder. / Guión: Vincent Garenq, Julien Rappeneau. / Fotografía: Renaud Chassaing. / Música: Nicolas Errèra. Vista en el 20 Tour de Cine Francés en México. Estreno viernes 25 de agosto de 2017.
por: Enrique López Arvizu
Justicia por propia mano.
Basada en un sonado caso real sucedido a lo largo de 30 años, ‘En el nombre de mi hija’ es la cuarta película de Vincent Garenq, que relata con detalle pero sin pasión la lucha de un padre en busca de justicia.
La historia inicia en los años 80 con André Bamberski (Daniel Auteil) y su familia viviendo en Marruecos por cuestiones de trabajo, pero la intrusión del Dr. Kombrach (Sebastian Koch) dará un vuelco a la vida familiar, cuando ya de regreso en Francia todo terminará con la separación de Bamberski y su esposa, quien terminará con Kombrach viviendo en Alemania.
En una vacaciones los hijos del ex matrimonio viajarán a pasar unos días con la madre, pero repentinamente una llamada avisará a Bamberski que su hija adolescente Kalinka murió en situaciones sospechosas, por lo que su padre iniciará una dura batalla legal para desenmascarar a Kombrach, batalla que durará casi 30 años debiendo enfrentarse a una inimaginable cantidad de obstáculos, incluyendo los gobiernos de ambos países.
La película de Garenq decide centrarse en describir al detalle la sucesión histórica de hechos, dejando de lado desde el inicio una posible apuesta por el suspenso llevado de la mano de la investigación del crimen, lo que resta interés al relato, que se sostiene en las actuaciones de sus protagonistas, sobre todo en Daniel Auteil.
La puesta en escena de Garenq es plana, correcta y sin sorpresas, en un relato que avanza a lo seguro con personajes unidimensionales y sin matices, aunque si bien la historia que se cuenta es dura, la manera en que se hace le resta emotividad.
Como muchas de las películas basadas en hechos reales, el poder de la historia que se narra supera con mucho a un relato que se queda corto, aunque por lo menos mantiene el interés hasta el final.