Búmeran, de François Favrat

Búmeran (Boomerang, Francia, 2015) / Dirección: François Favrat.

Nuestra puntuación

Reparto: Laurent Lafitte, Mélanie Laurent, Audrey Dana, Wladimir Yordanoff, Bulle Ogier, Anne Suarez, Anne Loiret, Lise Lamétrie. / Guión: François Favrat, Emmanuel Courcol (Novela: Tatiana De Rosnay). / Fotografía: Laurent Brunet. / Música: Éric Neveux. Estreno viernes 31 de marzo de 2017.

Tournage Boomerang

por: Enrique López Arvizu

El pasado que vuelve.

Los traumas de la niñez de un hombre de 40 años a raíz de la misteriosa muerte de su madre son el punto de partida de este drama familiar francés, basado en una novela de Tatiana de Rosnay.

Antoine (Laurent Lafitte) es un hombre de 40 años, separado y con dos hijas, obsesionado con el misterio que envuelve la misteriosa muerte de su madre, sucedida 30 años atrás, quien murió ahogada en circunstancias no resueltas para él.

Junto a su hermana 5 años menor (Melanie Laurent), visitan el pueblo donde sucedió la muerte buscando alguna respuesta, pero la obsesión en él crece tanto que esto empieza a afectar tanto en su empleo como en relación con su padre, sus hijas e incluso con su hermana, pero de a poco empiezan a aparecer algunas pistas.

Con una narrativa atropellada en su primer tramo, en donde el juego que se hace con la temporalidad es usado no siempre de manera efectiva, la película de Favrat tarda en encontrar su centro y es recién en su tercer acto donde el desorden cede ante una narrativa más controlada y por lo tanto atrapante.

La película se dispersa con algunos momentos que poco aportan a la trama, como todos esos en los que se lo ve al personaje de Antoine en su trabajo, el cuál pierde pero que no llega a significar nada, dilatando la intriga generada la cual es bien manejada en su último tramo, aunque el guión deja algunos cabos sueltos que restan verosimilitud (todo se agilizaba yendo a una hemeroteca) a un relato que cierra con interés pero sin llegar a ser apasionante.

Los mejor de ‘Boomerang’ son las actuaciones, todas correctas, destacándose el arduo trabajo de Laurent Lafitte, quien prácticamente aparece siempre a cuadro, en una película que se deja ver pero quedando lejos de ser memorable.

 

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